El juego de las Mariposas
Nunca me había puesto a pensar como es la vida de un barrendero hasta que me tocó serlo. Durante cinco días a la semana y siete horas diarias, tenía que mirar hacia abajo, hacia el suelo.
Ahí iba yo, con mi escobillón, recogiendo lo que otros tiraban:
- vasos vacíos pero con restos de café
- cigarrillos fumados por la mitad o hasta el filtro
- papeles rotos con anotaciones en español u otros idiomas
- latas de refrescos
- botellas, todavía con agua
- monedas
- alambres, tuercas, tornillos...
- ¡un calzoncillo!
- viruta de metales,
- arena, tierra y cenizas.
Mientras recogía, yo pensaba en mis cosas... como lo hace todo aquel que trabaja solo. A veces venían a mi mente lindos recuerdos; otras, los sueños que todavía tengo pendientes; pero cuando la tristeza también me visitaba, continuaba barriendo, aunque sin ver nada.
Se me nublaba la vista por momentos, y nó porque no me hubiese lavado la cara en la mañana o hubiera llenado mi rostro de maquillaje; no, no, no. La culpa, era de las lágrimas.
Mis manos llevaban guantes, sucios e infectados vaya uno a saber con que mierda, porque tocaba de todo con ellos.
Pero a pesar de la sacralidad de mis lágrimas, ellas merecían que yo las quitara de mis ojos. Mi alma necesitaba seguir viendo...
Y vi... una mariposa blanca sobre el cepillo de mi escobillón; y vi dos mariposas descansando sobre el suelo. Una naranja y otra negra con pintitas de colores. Y seguí viendo... tres, cuatro, cinco... mariposas... seis, siete... mariposas ¡muchas! ¡y por todas partes!
Todo lo que les cuento en mi blog, es cierto.
Hasta que cesó mi trabajo en esa empresa; cada día, las mariposas me acompañaron a hacer mis tareas.
A veces se atravesaban en el camino, para que yo las esquive dibujando ochos; otras me hacían detener sin más, para que cambiara la ruta y me desviara hacia otro pasillo. El juego al que ellas, me obligaban a participar, estaba lleno de significados que en poco tiempo pude comprender.
Existe la belleza y está en todas partes.
Cuando sin darte cuenta, te sorprendas a vos mismo mirando hacia tus pies, sumergido en tus pensamientos y con los ojos llenos de lágrimas; ten la seguridad de que las mariposas, no tardarán en aparecer...
Sinda
2 Comentarios:
At 1:58 p. m., Salitou said…
Me hiciste acordar a un libro de Castaneda que leí hace un tiempito, mi primer libro en inglés, libro en serio, no un resumen para mis clases. En el libro eran polillas, parecido no?
Te quiero mucho
At 6:46 p. m., An Inspiring Agent said…
Sinda, me ha encantado esta historia. Especialmente en un dia como hoy donde me encuentro mirando hacia el suelo y mis ojitos están llenos de lágrimas. Asi que recordare tu historia y estaré buscando esas mariposas.
Gracias.
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