Veo, veo... ¿qué ves?

- Una cosa - ¿Qué cosa? - Maravillosa... - ¿y de qué color es?...

15 septiembre 2006

Elvio

Existen hombres que esperan...
a un amor que es destino,
a miembros de su familia,
a una visita sorpresa
o que se haga realidad
un sueño
en el que todavía creen.

Existen hombres que esperan...
un poco de cariño,
en su lecho de muerte.

No sé a quien esperaba Elvio, cuando yo llegué y lo desperté, para ofrecerle mi amor.

Su reacción no he podido olvidarla, "Elvio..." le susurré en voz baja, para no asustarlo. La enfermera ya me había avisado que hacía meses, nadie lo visitaba y que además, Elvio era mudo.

"Elvio... soy Sinda..."
insistí con suavidad y sin prever que él pudiera incorporarse con rapidez sobre su cama, como buscando a un ángel o a alguien que llevaba tiempo esperando. Pero en cuanto me vió, rompió en llanto y con la misma velocidad con la que se había sentado, se acostó.

Elvio lloraba, lloraba ahogándose con sus propias lágrimas. No hubo modo de consolarlo, y eso que lo intenté...

Elvio lloraba, porque me había confundido con la persona que él estaba esperando... alguien que nunca llegó.

Ya hace 8 años de esto que les cuento y aún sigo emocionándome cuando lo recuerdo.

De todos los abuelitos que visité en hogares de ancianos, él fue el único, al que no pude robarle una sonrisa.

No era a mí, a quien Elvio esperaba... no era a mí.



Sinda Miranda